Aunque con su último disco, ‘Habítame Siempre’, la mexicana ha vuelto a situarse en la cresta de la ola musical, la mediática artista ya no concede ninguna importancia a aquellos aspectos superficiales de la fama que parecen preocupar en exceso a otros colegas de profesión.
De hecho, Thalía se ha revelado en los últimos meses como una persona sencilla que hace uso de sus nuevas canciones para abrir su alma y reflexionar sobre sus prioridades vitales, lo que deja en un plano secundario otros ámbitos más triviales del universo pop como las extravagancias estéticas y los lujos.
“En mi nueva gira solo me apetece salir al escenario y dejarme el alma cantando, vistiendo los mismos pantalones vaqueros que llevo cuando juego con mis hijos en el suelo, las mismas zapatillas y el pelo recogido en una coleta. ¿Qué más me da si eso me empequeñece en un concierto? Ya solo me centro en mis canciones, en expresar todo lo que llevo dentro y en compartir mis sentimientos con todos mis fans”, se sinceró la famosa intérprete en el diario Houston Chronicle, una entrevista que se enmarca en su actual gira promocional por EEUU.
El radical cambio de actitud que ha experimentado Thalía en los últimos años no es casual, y está claramente influenciado por una serie de experiencias que la han marcado profundamente: la muerte de su madre, el nacimiento de sus dos hijos y, sobre todo, la dolorosa enfermedad que la dejó postrada en la cama y al borde de la deshidratación en el año 2008. Ser una de las víctimas más famosas de la implacable enfermedad de Lyme supuso un punto de inflexión en la vida de la mexicana, y los recuerdos de esa dolorosa vivencia han provocado que la cantante se ría a carcajadas cuando se le cuestiona sobre las habladurías en torno a su matrimonio con Tommy Mottola, del cual se dijo que la pareja estaba al borde del divorcio.
“Hay un montón de cosas en el mundo que me hacen darme cuenta de que la vida está ahí para ser aprovechada. Lo que no es normal es que malgastemos nuestro tiempo en prestar atención a las estupideces, hay que centrarse en lo importante como modo de evolucionar. Desde luego, el hecho de ser madre y el haber estado batallando contra la enfermedad de Lyme durante dos años me han hecho ver las cosas desde otra perspectiva. La vida es muy simple pero también muy importante, todos somos muy frágiles y podemos perderla en cualquier momento”, aseguró.